Vuelve a casa vuelve por…Julio
Para mí Julio es el fin del año: acaba el curso, me despido de Madrid, vuelvo a casa y tengo la sensación de entrar en un paréntesis extraño, en el que dejo de ser nas cosas para ser otras. Esta tarde, sentada en la orilla, viendo la misma bahía, el mismo atardecer de mi niñez recupero la calma interior, el sosiego necesario para poder contemplar las cosas con calma y de manera reflexiva.
A esta orilla he llegado, puntualmente, todos los años de mi vida. En ella siempre he conseguido reencontarme conmigo misma.
Los últimos años he llegado a la orilla cansada: el final del curso, las notas, los exámenes, las reuniones finales del claustro me dejaban exhausta por dentro y por fuera. Necesitaba alejarme de todo para recuperar las energías y las ganas de volver a empezar un nuevo curso. Para afrontar con ilusiones renovadas a los nuevos habitantes de mi aula era obligado esta desconexión o reseteo como yo lo llamo.
El año pasado, sin embargo, estuve en Roa. Y aquello marcó mi final de curso: el compartir experiencias, poner caras a los blogs amigos, las risas, el encuentro en una palabra, obraron el efecto mágico de resetarme de inmediato, de recobrar la ilusión gastada de tanto usarla, de «recargar las pilas». Al llegar a mi orilla, el año pasado me traje una sonrisa. La sonrisa de quien tiene un gran secreto y lo ha podido publicar a los cuatro vientos.
Este año ha sido Ayerbe. Y ha sido más.Increíble ya lo sé, pero a los incrédulos les invito a leer a mis compañeros, a ver las fotos, a escuchar sus voces… Confieso que creí que el segundo encuentro no sería como el primero. Y, en el fondo, tenía razón: han sido diferentes pero igual de especiales, de únicos.
Esta tarde, en la orilla, mi orilla, he podido desprenderme de tanta actividad, de tantas emociones, de tantos post y me he dado cuenta que ha vuelto a pasar: estoy dispuesta a seguir en camino, mis compañeros son un estímulo constante y un lujo.
Gracias.
PD. Disculpadme el tono, para hasta a las técnicas como yo se les sube el salitre a la cabeza de vez en cuando. 🙂
Joer, Charo. Me pones los vellos de punta. Me voy a ir pa Caí, a ver si se me pega algo.
http://es.youtube.com/watch?v=QKaeYrWX4BQ
Perdona, se oye mejor éste
http://es.youtube.com/watch?v=kSjN0LzlOL4
Pues lo habéis conseguido, aquí estoy otra vez sorbiendo el moco. Cuando os ponéis tiernos y poéticos no hay quien lo aguante, voy a necesitar irme a sentar a esa orilla que también siento como mía.
¿Sabes que mi padre estuvo en la construcción de las torres de la bahía?. Los mejores recuerdos de mi infancia están esas playas.
Cuídate y disfruta mucho, tienes el privilegio de tener tu casa en un sitio maravilloso.
Un abrazo.
El reseteo de Ayerbe ha sido tan bueno que junto a tu mar te sugiere escribir textos tan emotivos y bonitos como este.
Cádiz tiene una luz especial que te reconforta. Buen verano, saludos.
Charo, desde luego con la luz de Cai te sentirás iluminada en tu interior. Volver a los orígenes da esa paz de espíritu que permite situar las cosas en su justo término, en la distancia, saboreando el poso que dejan las experiencias vividas. Desde luego, una semana después del Encuentro, todavía estoy emocionalmente impactado, no sé, como si hubiera vivido algo extraordinario, inexplicable…
Me quedo con tu final: estoy dispuesto -con gente como tú y los demás- a seguir en el camino, aunque tenga que llevar muletas.
Un beso desde Madrid
Tu mar es también mi mar. Desde la otra orilla del Mediterráneo se oye el eco de esa fotografía. También el eco de Ayerbe está impregnando este final de curso que es a la vez un comienzo, como tú bien dices.
Un abrazo
Charo:
Que disfrutes de estas merecidas vacaciones y gracias, de nuevo, por hacer realidad el sueño de Ayerbe.
Un besazo.
Muy bonita la música: perfecta para acompañar la foto.
Felices vacaciones a todos.
Besos
Aunque tarde, ¡felicidades por este texto tan hermoso, tan emotivo y tan sentido! Ojalá le suba el salitre a más de uno muchas veces y, por su puesto, ¡Viva Cai!
Desde Bilbao, JA CHICA, un beso muy fuerte,
Marcos Cadenato
¡Qué bonito y qué sincero! Si existe el III encuentro no me lo pierdo. El año pasado me enteré tarde y éste tenía ya un viaje previsto para esas fechas que no podía cambiar (es lo malo de haber sido demasiado previsora), pero el que viene espero estar allí y poder compartir con vosotros tantas ilusiones y tanta fuerza que transmitis siempre.
Por cierto, para mí también acaban los años en julio y empiezan en septiembre, y la luz que me recarga las pilas es la de Canarias. Un saludo, Montse.
Ahora va y resulta que mi «lady computer» parece Lady Byron. Qué bonito y que sentío, Charito. Me alegro que estés así de bien. Disfruta de tu bahía. Hasta pronto.
Bueno, todo esto es para darme envidia, ¿verdad?
El año que viene iré.
Ojalá todos volvamos llenos de energía y sobre todo…nos dure!!
Jo Chari,¡¡¡ qué bonito !!! Habrá que hacer un viajecito a Cadiz a ver si nos inspiramos todas.