Estamos acabando la segunda evaluación. Confieso que esta época me resulta siempre dificil: la pila de exámenes, las reuniones de evaluación, las charlas con los chicos y sus padres: este cúmulo de cosas me cansan y, en muchas ocasiones, me entristecen.

Todo esto se une a que en clase estamos en pleno proceso de lanzamiento de los trabajos propuestos para el curso: este año en total hemos comenzado dieciséis blogs con los alumnos de primero de bachillerato y dos periódicos. Como en todo, los comienzos son muy complicados: hasta que los chicos se enteran de la herramienta, centran el tema, organizan el trabajo y se involucran, las clases son agotadoras y en más de una ocasión me digo a mi misma eso de ¡y quien me mandaría meterme a mi en este follón! y echo de menos una clase ordenada con cada alumno en su ordenador y una práctica por día de una herramienta ofimática que no de mucha guerra.

Por otro lado están los cursos de profesores en los que me he involucrado este curso, eso sí, de lo más variopinto pero que también tienen su curro. Llegados a este momento del curso, que coincide con una campaña política decepcionate en cuanto a educación se refiere (aviso: percepción muy personal), me siento bastante pesimista al comprobar el nivel tecnológico que abunda entre los compañeros: a veces me parece que en lugar de educar digitalmente estoy emprendiendo una especie de cruzada santa en pro de las TICs y, algunos de mis alumnos-profes me siguen mirando de tal manera, que me siento como una especie de Don Quijote friki luchando contra molinos.

También estoy metida en una tutoría virtual, con profes también, y aquí lo más difícil sin duda es evaluar el trabajo de los compañeros: pero no por la evaluación en sí, sino por los mosqueos que se pillan algunos. Y es que a, a veces, los peores alumnos somos los profes ¡qué mal llevamos que nos corrijan! … y yo llevo muy mal que lo lleven tan mal 😕

Así, que con todos estos sentimientos y frustraciones encima, me siento delante del ordenador esta mañana dispuesta a acabar con la pila de ejercicios de gimp por revisar, acabar con la pila de los exámenes de electrotecnia, revisar las últimas entradas de los blogs de los chicos y poder afrontar el fin de semana más dignamente, y no he resistido la tentación de mirar un momentito 😉 mi blog ya que ayer me regañaron desde un comentario por haber cometido una falta de ortografía y, aunque intento tomármelo con humor, me sienta FATAL 👿 cometer ese tipo de errores… y mira por dónde me encuentro nominada doblemente en un meme que circula en estos día por los blogs de los compis.

:mrgreen: :mrgreen: :mrgreen: :mrgreen: :mrgreen: :mrgreen:

 

Pues, señores y señoras, me han alegrado el día. No se si merezco una nominación por ser buena bloguera pero me decía mi madre que que a caballo regalado no se le mira el diente y eso de es de bien nacida ser agradecida así que: Gracias a

 

 

 

 

 

 

¡Ah! Al aceptar la nominación hay que publicar las reglas de este meme, que son las siguientes:

  • Nomina cinco blogs que consideres merecedores de este premio, por su creatividad, diseño, material interesante y que aporten algo a la a la Comunidad Bloguera, sin importar su idioma.
  • Cada premio otorgado debe tener el nombre del autor y el enlace al blog para que todos los lectores puedan visitarlo.
  • Cada premiado debe exhibir el premio y colocarlo con el nombre y enlace al bloc de la persona que lo ha premiado.
  • Premiado y premiador deben enlazar al blog de Arte y Pico (Eseya) para que todos conozcan el origen de este premio.
  • Publicar las reglas del premio.

Mis nominaciones son para todos los amigos del tinglado porque son capaces de compartir su trabajo desinteresadamente con el resto de la comunidad educativa y de aguantar en sus filas a elementos como la que escribe estas líneas.

Y ahora ¡al tajo!