¡Vaya pregunta! ¿no? pues esa pregunta me la ha hecho esta semana uno de mis alumnos, así, de sopetón… y es que hay veces que las preguntas te sacuden la vida y te hacen dejar por un momento tu camino, alejarte y tomar distancia para poder responder:

Al Lado del Caminophoto © 2011 Abraham Gómez | more info (via: Wylio)

 

Yo: y que es para ti tener éxito?
Alumno: No lo sé…
Yo: Para mí tener éxito en la vida es ser feliz con lo que haces ¿crees que yo soy una persona feliz?
Alumno: Hombre, la mayor parte del tiempo si lo pareces 😉
Yo: Pues entonces, la respuesta es que si, que me considero una persona de éxito

¡ufff!

La pregunta vino después de una mini-charla que acababa de darle a mis alumnos y alumnas de primero de bachillerato. Terminábamos una actividad en la que ellos creían que los objetivos eran la preparación de un taller para sus compañeros. Durante tres semanas, y por grupos, habían tenido que buscar una herramienta, preparar un manual, hacer una presentación, explicar la tarea que tenían que desarrollar sus compañeros y compañeras, elaborar un ejemplo y evaluar los trabajos que les entregasen los demás. Como suele ocurrir, el desarrollo de la actividad había sido de lo más dispar y en la última sesión, antes de la autoevaluacion, le desvelaba cuales eran los veradderos objetivos: trabajo en grupo, resolución de problemas, resolución de conflictos, reparto de tareas y de tiempos, hablar en grupo, evaluación entre pares…, entre otras.

Aproveché para contarles que las notas no eran lo más importante de su periodo de aprendizaje -aquí hubo risas- sino lo que fueran capaces de aprender en los procesos. Las notas podrán abrirles la primera puerta al mundo laboral, eso es cierto en la mayoría de los casos, pero en el mundo real se valoran todo lo que habíamos enumerado como objetivos de la actividad.

Mi conclusión personal es que la actividad ha ido bastante mal por lo que está claro que hay que seguir trabajando en esta línea: hay mucho trabajo por hacer.

Confieso que la actividad me había dejado agotada y, como siempre, sumida en un mar de dudas sobre si lo había planteado bien, si debería replantearlo para el curso que viene, o si pasaba de todo y volvía a las prácticas de word…

Esto me  pasó un viernes.

En estas condiciones me enfrenté a una reunión de Fundación Telefónica, un sábado por la mañana, para hablar de educación. Tengo que confesar que cuando me llaman para un evento siempre me sorprende y no tengo muy claro si yo soy la persona adecuada o la queel que me invita espera. En esta ocasión fue estupendo reencontrase con amigos y poder desvirtualizar a otros. El sitio, espectacular: planta 13 del edifico de Telefónica en Gran Vía.

Se que no tuve uno de mis mejores días, pero hablamos de tendencias educativas y de agentes para el cambio, hablamos de palancas e intentamos hacer de adivinos y adivinas  y mirar el futuro en nuestras bolas mágicas.
bec's roomphoto © 2009 teresaaaa | more info (via: Wylio)

 

No se si al final este tipo de encuentros son como spas o como catacumbas 😉 pero siempre tienen un efecto terapéutico sobre mí. Me obligan a alejarme, por unas horas, de mi aula y tomar perspectiva. Es verdad que a veces, como en esta ocasión, me cuesta un poco más, ya que cuando he estado mucho tiempo reconcentrada en el aula al salir  me siento deslumbrada y algo desubicada.

Pero, sin duda, es refrescante y tonifica el ánimo.

Así que gracias, gracias por el tiempo, el momento, la invitación, el lugar, los detalles, el acompañamiento, el debate y la reflexión.